Seguidores

Muy pronto, las aventuras de Dana y sus amigos continúan...

domingo, 23 de septiembre de 2012

Capítulo 1.


Capítulo 1
La peor prisión es un corazón cerrado”
- Juan Pablo II
Me levanté demasiado tarde. Supongo que los nervios del primer día de clase me habían hecho sentirme más cansada. Me vestí a toda prisa intentando a la vez comprobar que mi ropa deslumbraba. Bajé a la cocina, mi padre estaba nervioso, pues llegaba tarde a una reunión muy importante y me tuve que ir andando por primera vez sola al instituto. No estaba tranquila por dos cosas: la primera, que el instituto era nuevo y no conocía a nadie y la segunda, las noticias de ayer. Informaban de que habían secuestrado a una chica de quince años (como yo) mientras caminaba por la calle. Procuré mantenerme alejada de la carretera y meterme entre el gentío. Esto último no fue buena idea, tropecé dentro del tumulto y todo el mundo me ignoró. Bueno, menos una chica.
-         Hola – dije – Gracias, por la ayuda. Los demás apenas se han preocupado por mí – dije intentando parecer lo más simpática posible.
-         De nada – dijo ella con una gran sonrisa – Me llamo Cristina, pero llámame Cris.
-         Encantada, yo soy Dana.
-         ¿Tú a dónde vas?
-         Voy al instituto Ágata, ese edificio de allí. Soy nueva.
-         ¡Yo también! ¡Qué guay! Pensaba que sería súper difícil hacer nuevas amigas, pero...ya tengo una ¿no?
Admiraba el desparpajo y el descaro de mi nueva compañera de clase, Cristina, y no me negué a dejarle claro que yo también la tomaba como mi primera amiga.
Fuimos juntas el resto del camino y charlamos animadamente. Por fin estábamos frente a la gran puerta llamativa de color rojo. Pasamos decididas y preguntamos a dos profesoras que hablaban en el pasillo. Una era muy fea y la otra era bastante guapa.
-         ¿Qué necesitáis chicas? – preguntó la profesora fea colocándose sus pequeñas gafas en la nariz.
-         Espero que sea algo importante, porque nos habéis interrumpido – dijo la guapa.
Al menos ya sabíamos que el aspecto no tenía que ver en las personalidades de cada una.
-         Somos nuevas – empezó Cristina.
-         Y no sabemos cómo ir a nuestra clase – terminé.
-         ¿Qué aula es? – dijo la fea.
-         El mío es el de cuarto C.
-         Lo mismo digo.
-         Seguid este pasillo hasta el fondo y veréis unas escaleras. Subidlas y meteros por el pasillo de la izquierda, veréis cuatro puertas, la primera empezando por la derecha es la de los baños, la segunda es la clase A, la tercera la B y  la última es la vuestra, la C. ¿Habéis entendido?
-         Sí, muchas gracias.
Seguimos las indicaciones y nos metimos en el aula. La profesora o profesor todavía no había llegado así que mientras tanto, Cristina y yo intentamos entablar amistad con la gente. Me fui presentando a toda la persona que veía: “Hola, soy Dana” y él o ella respondía: “Hola, yo soy...”
La misma operación se repitió varias veces hasta que solo quedaba una persona con la que no había hablado, levanté la mirada, me llené de confianza y avancé hacia el chico de la esquina.
-         Hola, soy Dana.
-         ¿Qué tal? Yo soy Adrián. ¿Eres nueva?
-         Sí. Esto... ¡Vaya! Mola tu camiseta – dije señalándola. Era moderna, de color negro y amarillo; de los Beatles.
-         Gracias. Me la compré en un mercadillo. La tuya también mola.
-         Gracias – me sonrojé mirando mi camiseta de los Rolling Stones como si nunca la hubiera visto en mi armario – ni siquiera me había dado cuenta de que la llevaba, tenía prisa y cogí lo primero que pillé.
-         ¿Te gustan estos grupos?
-         Pues...me da un poco de corte admitirlo, pero sí. Mucho más que la música que suena en la radio. Siempre que puedo, les cojo a mis padres sus discos antiguos y me paso horas escuchándolos.
-         No es ninguna tontería, comparto tu misma opinión. Los grupos y cantantes antiguos son la bomba.
-         ¿En serio? ¡Nunca había conocido a nadie como tú! – al ver su cara comprendí que había utilizado una expresión demasiado cursi, que había oído en una película romántica la noche anterior.
-         Bueno, bueno, sentaros ya – dijo la profesora - Yo soy Marisa, vuestra tutora y maestra de música. Veo que estáis todos – dijo mientras contemplaba la clase y luego miraba unas hojas - os voy a sentar tal y como dice la lista así que levantaros todos, por favor.
Me puse nerviosa, yo solo quería estar sentada al lado de Cris o...posiblemente...de ese chico tan majo llamado Adrián.
-         Cristina Martínez con Mina Amapola. Alejandro Moreno con Laura Amuleto. Dana García con Adrián Damasco.
No sé por qué pero me invadió un gran sentimiento de felicidad, prevenía el comienzo de una gran amistad entre los dos...
¡Pero qué digo! No, no estoy enamorada ¡si acabamos de conocernos! Pero no podía negar mis sentimientos. Después de todo tal vez mi madre tenía razón al decir que era demasiado enamoradiza. Borré esos pensamientos de mi mente e intenté centrarme. Me senté a su lado y sacamos los libros.
-         Bueno, hoy hablaremos de grupos que hicieron historia y sobre esto haréis un trabajo.
Tras explicarnos toda la vida de los Rolling Stones, Elvis Presley, Los Beatles... nos indicó las pautas del trabajo:
-         El trabajo será en parejas – noté la fugaz mirada de dos personas hacia mí. Una de ellas a mi lado. Me giré para mi lado y miré embobada esos preciosos ojos verdes de Adrián.
-         ¿Hacemos el trabajo juntos? – propuso.
-         Vale. ¿Cuándo quedamos? – pregunté.
-         ¿Este viernes te parece bien?
-         Sí. Si quieres lo podemos hacer en mi casa.
-         De acuerdo – Concluyó.
Salimos al recreo y no me di cuenta de que había dejado sola a mi nueva amiga Cristina.
-         Perdona, estaba hablando con él – dije señalando a Adrián que se había quedado a unos pasos de mí mientras hablaba con unos amigos suyos.
-          Ya. También he visto que vas a hacer el trabajo de los grupos musicales con él.
-         ¿Te importa?
-         No, tranquila.
-         Dana... – miré hacia atrás y allí estaban de nuevo esos profundos ojos verdes.
-         Hola Adrián.
Sin darme cuenta había dejado de nuevo a Cristina olvidada en el cajón de los recuerdos.
-         ¿De qué grupo hablaremos en el trabajo? – me preguntó el chico con aire misterioso.
-         Pues no sé... Bueno, siempre he tenido un grupo favorito.
-         Yo también, a ver si coincidimos. ¿Cuál es el tuyo?
-         Los Beatles.
-         ¿En serio? ¡Los míos también! No sabría decirte por qué. Su música es alucinante.
-         OK. Por cierto, ¿tú crees en eso que dicen de que Paul...?
Estuvimos hablando y hablando durante todo el recreo. Quedamos para comer juntos y seguimos hablando de música. Nos escondimos y sacamos el móvil para escuchar “Yellow Submarine”, nos saltamos literatura y fuimos a escondidas a una conferencia en el salón de actos sobre grupos que hicieron historia...
Fue un día genial. Y sonó la campana al final de la clase de filosofía, nos despedimos ansiosos de vernos al día siguiente y de llegar a nuestras viviendas y chatear durante horas.
Llegué a mi preciosa casa de muy buen humor tras un día tan reluciente. Me hice un bocadillo y subí a mi habitación para estudiar, pues cuanto antes acabara, antes podrían entrar en el MSN y chatear con Adrián. Y mientras estudiaba la teoría de Arquímedes me acordé de reservar una entrada para el concierto en memoria a los músicos a los que tanto admiraba, hice lo dicho, y continué con mis estudios.
De pronto, sonó el teléfono.
-         Dana, es para ti, un tal Adrián.
-         ¿Diga?
-         Hola, Dana. ¿Cómo estás?
-         Muy bien ¿y tú?
-         Bien. Bueno, genial. Me acabo de enterar de una cosa y tenía que llamarte enseguida. Verás, pasado mañana, el sábado por la noche, a las diez hay un concierto en memoria a músicos como Bob Dylan, James Brown y... ¡Los Beatles!
-         ¡Lo sé! Acabo de reservarme una entrada para ir.
-         ¡Genial! Y eso no es todo, antes del concierto, está abierta la entrada a todo el mundo a un museo sobre los Beatles. Sus secretos, sus comienzos, su mejor música... ¿A que pinta bien?
-         Ya te digo; de eso no me había enterado...
-         Y... ¿querrías venirte conmigo el sábado al museo y luego al concierto?
-         ¡Claro! Me encantaría – dije toda entusiasmada.
-         Vale, pues...
-         Espera. Mis padres no me dejarán ir a un concierto de noche con un chico, lo siento.
-         Bueno...podrías hacer una excepción. Nos lo pasaremos bien.
-         No sé yo, búscate mejor a otro acompañante.
-         Es que yo quiero ir contigo.
Y al oír aquellas naturales y profundas palabras, le dije que sí y mi corazón se preparó, pues se avecinaban buenas vibraciones en esta amistad...

4 comentarios:

  1. ¿Este es el único capitulo que vas a colgar para que la gente se quede con la intriga, no? En la sección de afiliados de tu blog te he hecho una pregunta, ¡respondeme porfavor!

    ResponderEliminar
  2. Oh, me ha encantado. Me gustaría comprarme el libro, pero eso es cuestión de lo que digan mis padres, no les gusta mucho comprar por Internet T_T. Si tengo suerte y lo veo en alguna papelería, directamente me lo compro *_*.
    Besos :3.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Belén :)Tú tranquila, la página de Amazon se conoce mundialmente y es totalmente segura, todos los que ya lo han comprado les ha llegado a tiempo y sin problemas :D
      ¡Un beso!

      Eliminar